NOCHE ESTRELLADA

Era noche de lluvia de estrellas. Mi novio José y yo estábamos de camino a la cima de la colina; era la más alta que había y estaba alejada de la ciudad. Lo positivo era que no molestaban las luces de la alborotada Madrid, tan solo estábamos iluminados por las tenues luces de las luciérnagas. Ese día celebrábamos 8 meses juntos llenos de buenos momentos y alegría. Decidimos no llevar teléfonos ni nada por el estilo para que la velada, por sencilla que fuera, al menos no fuera interrumpida ni por las absurdas notificaciones de Instagram ni los grupos de whatsapp molestándonos. Con tenernos el uno al otro nos bastaba. Con unos prismáticos y un par de cantimploras nos valía para echar el rato. Pero todo se volvió gris al oír un fuerte ruido proveniente de un hostal que estaba a 500 metros de nosotros. Un loco encapuchado salía de la puerta principal dejando un rastro de una extraña sustancia brillante y llamativa. Consigo llevaba una bolsa negra de tela, en su interior llevaba un e...