VUELA
Ah… Nueva Zelanda, un
buen sitio para ir de vacaciones… Y sería mucho mejor si
mis padres no se empeñaran en sacarme del hostal para ver esos “paisajes
inolvidables”, de los cuales me olvidaré en una semana… Y sobre todo por
las largas caminatas que nos hacen hacer a mi hermano y a mí; yo propuse ir al teatro y todo… Hasta que me di cuenta de que no
estábamos en España y que no me
apetecía hacer de traductora en una obra de dos horas.
Y aquí estamos, rumbo
a la playa de Piha… Ya nos hemos inventado
tres chistes con ese nombre por el
camino, bueno para relajar a todos. El
viaje no fue largo, ya que estábamos
instalados muy cerca del lugar. Salimos para dejar nuestras cosas (yo tenía los parasoles) dispuestos a pasar un
día de playa en familia. Lo primero que nos sorprendió es que la playa estaba
completamente desierta <<Bueno, ellos no tienen feria>> razonamos seguramente todos. Lo
segundo más bien fue decepcionante, la playa tenía una roca enorme; pero no
estaba lo suficientemente cerca como para saltar al agua.
En serio: ¿qué les pasa a los padres
con las cascadas? Ya habrán visto como mil en su vida y todavía
no se cansan. Lo bueno es que nos
dejaron a Pedro y a mí en la toalla,
mientras Pedro chateaba con su
novia, yo buscaba animales: había oído que había muchos gatos ahí. Y mi suerte fue mucho mayor. Conseguí divisar a un
pequeño pájaro correr por la playa, hacia la orilla, y este era perseguido por un gato. Yo, dispuesta a salvar a la
criatura, corrí detrás de ellos. Afortunadamente, conseguí que el felino se marchara y dejara
al ave en paz, lo que más me sorprendió es que esta se ralentizara y corriera a mi lado. Lo estaba pasando genial, hasta que el pájaro se paró enfrente de esa gran roca y empezara a subirla, yo trepé junto a este hasta que llegamos arriba. Me di cuenta de que por allí también se podía caminar. Sin pensárselo, la criatura empezó a correr y yo no dudé en ir tras ella, hasta que llegamos al filo, y me puse a volar junto al kiwi…
Espera…
LOS KIWIS NO VUELAN
Xami
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