Era un viernes normal cuando Mateo, Juan y Judas quedaron para verse en el centro comercial y jugar un rato a las maquinitas. Un viernes como cualquier otro, solo que esta vez la conversación de los tres amigos se centró en la Navidad y en la forma que tendrían de festejarla. Mateo y Juan sabían que irían con su familia y amigos a la Misa del Gallo, el día 24. Sin embargo, a pesar de que Judas no creía en cuestiones religiosas por considerarse ateo, decidieron invitarle. Finalmente, y tras una larga discusión, Judas aceptó ir con ellos a la misa del Gallo, con la condición de que luego irían de fiesta a casa de Mateo todos juntos. El día de la celebración llegó y los tres amigos se reunieron en la plaza de su barrio para ir juntos a la misa. Todos ellos iban muy arreglados, con sus mejores trajes, ya que la ocasión así lo requería. Por el camino los tres amigos iban conversando de lo que harían tras la Misa. Al entrar a la iglesia, Judas quedó fascinado al ver los hermos...